¿Qué significa ser la primera en tu familia? ¿La primera en graduarse de la universidad? ¿La primera en vivir en Estados Unidos? ¿La primera en aprender a esquiar? Significa expander posibilidades, crear oportunidades para más alegría y para crecer nuestra cultura. Significa tener el honor y la responsabilidad de forjar un camino y traer a tus comunidades contigo.
Adaptando a Un Clima Nuevo
Yo tenía seis años cuando mi familia emigró a Estados Unidos. Este cambio fue muy rígido y de repente; nos fuimos de un clima caliente y lleno de vida en Colombia a los inviernos fríos y grises de Michigan. Mi conexión con la naturaleza fue interrumpida por este cambio. Cuando vivíamos en Colombia pasábamos la mayoría de nuestro tiempo afuera. Realmente no había distinción entre estar adentro y estar afuera – mis parientes se sentaban a tomar café en el patio mientras los niños corrían en el césped. No había necesidad de premeditación, planeación, o logística para estar en la naturaleza. Simplemente salíamos. Cuando nos mudamos a un clima tan distinto, de repente perdimos la costumbre, el acceso, y el lenguaje para estar afuera.
Vistas a la Cultura de Esquí
Muchos de mis amigos crecieron esquiando. Algunos estaban en el equipo de esquí del colegio, y otros se iban cada año a vacaciones de esquí en el Colorado. Yo trabajaba en una tienda de equipo deportivo donde vendian esquis. Muchas familias iban a comprar esquís y compartían historias sobre sus paseos. Recuerdo escuchar estas historias silenciosamente, me explicaban este deporte desconocido y hablaban sobre las condiciones de la nieve con mucha emoción.
Los clientes compraban esquís para todos los miembros de sus familias, empezando con los niños pequeños en sus botas de esquí rosadas y terminando con los adultos. Empecé a entender la cultura del esquí. Era una actividad familiar– algo que yo entendía. Pero los clientes que iban a la tienda eran muy distintos a mi, y nadie hablaba Español. Me acuerdo que les hacía las cuentas de su equipo de esquí, y les costaba miles de dólares. Esto no incluía los precios del centro de esquí ni el transporte a la montaña. Eso fue suficiente para entender que el esquí no era un deporte para mi.
Aprendí a esquiar a los 20 años porque quería sentir el amor que tenía por la naturaleza a los inviernos. Aprender a esquiar como adulta fue difícil, embarazoso, y frustrante. Sabía que nunca iba a llegar al nivel de esquí que tenían los que habían esquiado desde la infancia, entonces que sentido tenía intentar? Yo no encajaba en el mundo tradicional del esquí, y probablemente nunca lo lograría.
Forjando Mi Propio Camino en el Esquí
Estaba tan fuera del estereotipo de una esquiadora tradicional que decidí crear una identidad de esquiadora totalmente distinta. Anteriormente, mis diferencias me aislaban en el deporte, pero también me dieron la libertad de no tener que conformarme. Mis metas en el deporte son distintas: no quiero ser la mejor esquiadora; quiero ser la primera. La primera en mi comunidad en tener acceso y compartirlo con otros; la primera en expander nuestras ideas de quien pertenece en el deporte; la primera en ser representada como esquiadora a través de fotografía y documentales; la primera en rechazar la asimilación y ser yo misma en la pista.
Paseo de Esquí en Idaho: Rompiendo Barreras con Amigas
20 años después, planeé un paseo de esquí a Idaho con mis amigas, Rosa Sanchez y Sofia Jaramillo. Disfrutamos de los cielos azules y el sol en Dollar Mountain y Rotarun Ski Area, dos centros de esquí en Idaho. Nosotras tres compartimos el amor y orgullo de ser Latinas viviendo en pueblos de montaña. Después de trabajar por años, por fin tenía la sabiduría, el acceso, y el lenguaje para el esquí, y todo estaba centrado en la alegría y amor.
Cambiamos la historia que yo había aprendido trabajando en la tienda de equipo deportivo hace tantos años. El esquí no solo se convirtió en un deporte para mí, sino para mi comunidad también. Si, había muchos niños con botas de esquí rosadas, pero muchos hablaban español. Sus familias los acompañaban, tomando el sol y echando porras. Algunos niños hasta inspiraron a sus papás a aprender el esquí. Escuché mi lengua, mi cultura, y mi música mientras subía la silla de esquí. Disfrutamos de unos tacos deliciosos durante nuestro descanso en Rotarun. Estas pequeñas diferencias revelaron una poderosa verdad: la cultura del esquí está cambiando y se está expandiendo para incluir a más personas.
Esta realización fue especialmente destacada para Sanchez, quien creció en un pueblo de montaña sin tener acceso al esquí. Para ella, el esquí no tenía mucho sentido porque no encajaba con la cultura latina. Las barreras financieras también eran demasiado altas. Pero estar en Idaho le mostró otra historia.
Cuando recordábamos ese fin de semana mágico en Idaho, Sanchez compartió: “La cultura en Idaho se sientio muy acogedora y mucho menos intimidante que otros lugares que he visitado en el pasado. Me sentí como esquiadora. Sentí que pertenecía. Me encantó ver a familias y personas de todas las edades en la pista. Me recordó que el esquí puede ser simplemente divertido.”
Hice mucho esfuerzo en aprender a esquiar para poder ser el ejemplo que nunca tuve. El saber que puedo difundir estas herramientas a muchas personas y dejarles saber que nuestra comunidad es capaz de mucho me llena de alegría y orgullo. “Poder esquiar con mi gente, con quienes puedo compartir chistes y tocar música en la silla, me hace sentir que pertenezco en el esquí” Sanchez reflexiona. Lo distinto de esquiar en Idaho es lo tanto que vimos a nuestra cultura representada. Hubo espacio para nosotras.
El recuerdo que llevo conmigo de nuestro paseo a Idaho es que todos pertenecemos a la pista de esquí. Podemos florecer en la nieve cuando estamos en un ambiente que nos apoya y nos anima, y cuando no tenemos que esconder partes de nuestras identidades. Quiero que todos sepan esto, sin importar de dónde vienen. Si tu siempre has tenido acceso a los deportes de invierno, te animo que invites a un amigo o un vecino a ir contigo. Si tú siempre has tenido curiosidad sobre los deportes de invierno pero no has tenido acceso, te animo a ser valiente e intentar algo nuevo. Pide ayuda. Todos somos capaces de hacer cosas nuevas, y todos somos más fuertes de lo que pensamos. Juntos podemos crear una cultura de esquí en la cual todos pertenecen.
Imagen destacada acreditada a Sofia Jaramillo.
Vanessa Chavarriaga Posada es una socióloga medioambiental y atleta profesional de Medellín, Colombia. Creció entre Colombia, Estados Unidos, y México. A través de educación, charlas, y escrituras, su trabajo se enfoca en las intersecciones de identidad, raza, y naturaleza.
Published on November 26, 2024