Una nota: Elegimos recorrer el Sendero de la Cordillera Coeur d’Alene en ambas direcciones, empezando en el oeste, pasando la noche cerca de la frontera con Montana y volviendo al próximo día, para una distancia total de 144 millas (231 kilómetros). Muchas de las personas que hacen este viaje prefieren hacerlo en solo una dirección y hay servicios especializados de transporte de pasajeros que les permiten hacerlo, llevando a los viajeros y sus bicicletas de vuelta al punto de partida en furgones conocidos como “van.” Además, la multitud de paradas y cruces permiten crear un itinerario muy personalizado y hay muchos baños y zonas de picnic a lo largo del sendero. Ande en bicicleta todo lo que quiera; divida su viaje en tramos más cómodos; hágalo en la forma que más le sirva. ¡No hay cómo equivocarse!
Mi esposa y yo nos enteramos por primera vez del Sendero de la Cordillera de Coeur d’Alene 2 años atrás, bebiendo unas cervezas en una cervecería ubicada al costado del camino en Seattle, escuchando el relato de dos ciclistas musculosos, experimentados y sonrientes. Hablaban del sendero con reverencia, alabando el pavimento suave como mantequilla, la soledad interminable y las asombrosas vistas, la pendiente placentera y la prolífica flora y fauna. Nos entusiasmamos y juramos que íbamos a conocer este paraíso para ciclistas. Esta primavera, junto con dos amigos, nos atrevimos.

El Sendero de la Cordillera de Coeur d’Alene es uno para ciclistas que sigue la ruta de una antigua línea ferroviaria y se extiende de frontera a frontera, cruzando la faja de tierra conocida como el Panhandle (asa o mango de sartén). Esta se alarga de punta a punta por 72 millas (115 kilómetros), sirviendo de un microcosmo brillante de la majestuosa diversidad biológica, climática y topográfica que ofrece Idaho. Durante el viaje, los ciclistas van desde praderas a frondosos bosques, cruzan inmensos humedales y lagos, viajan al lado de sinuosos ríos y se adentran en las Montañas Rocosas. Se observa fauna constante, ya que fue construído en lugar de una vía ferroviaria, con las pendientes que nunca sobrepasan el 3 por ciento.
Una gran estatua de un guerrero indígena a caballo marca el comienzo del sendero en un parque común y corriente ubicado justo al norte del centro de la ciudad de Plummer. El parque en sí es un memorial que honra a los guerreros indígenas que lucharon en defensa de la autonomía de sus tribus antes de que llegaran los colonos blancos y que lucharon posteriormente en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
Las praderas y las tierras cultivables en las que el sendero comienza se acaban abruptamente a una milla (1,6 kilómetros) de haber comenzado a viajar, en un lugar donde el bosque se adueñó rápidamente del sendero. Durante las cinco millas siguientes, el sendero se dirige cuesta abajo, en una pendiente de 3 por ciento, cruzando claros de pinos ponderosa y abetos, salpicados por flores silvestres primaverales, tales como el lupino, la cola de zorro, el girasol de Oregón, el ranúnculo y el astrágalo, por nombrar sólo algunas. Este rápido descenso arbóreo nos llevó más allá del Parque Estatal de Heyburn, alrededor de la novena milla del recorrido o el kilómetro 14 y nos llevó a la zona de los lagos. (El Campamento Chatcolet fue un gran lugar para pasar la noche antes y después de nuestro recorrido.)

De momento, justo cuando la pendiente desaparecía y el sendero volvía a quedar plano, se extiende frente a nosotros el Lago Chatcolet al este de donde estábamos, partido en dos por el sendero que sigue la pista del Puente Chatcolet, que una vez fue un paso de la Compañía Ferroviaria Union Pacific. Este es el primero de un puñado de pintorescos puentes que cruzan vías fluviales a lo largo del sendero. Aves como las golondrinas y las águilas pescadoras forman sus nidos en las estructuras de soporte de hierro del puente. Una vez cruzado el puente, el sendero continúa a lo largo de la orilla del lago por siete millas más (11,2 kilómetros) hasta llegar al encantador pueblo de Harrison. Esta es la primera parada importante a lo largo del sendero y es también, coincidentemente, la última por un buen rato. El muelle y las áreas centrales ofrecen algunos restaurantes y tiendas para reabastecerse, así como también agua potable y algunas mesas de picnic en el pasto para descansar y comer un refrigerio. Aquí, carteles informativos acerca de la toxicidad del suelo advierten a los ciclistas y corredores que se pueden encontrar altos niveles de metales pesados, particularmente el plomo, en las zonas fuera del pavimento: un legado de la industria minera. En otras palabras, ¡no te comas la tierra!

Dejamos atrás a Harrison y entramos a los extensos humedales y lagos que fragmentan una gran cantidad del terreno al sur de Coeur d´Alene. Las 35 millas siguientes (56 kilómetros) pasan por docenas de lagos y pantanos y es el epicentro de la fauna de este viaje. Pasamos con nuestras bicicletas cerca de media docena de alces, comiendo hierbas acuáticas relajadamente.También vimos una cantidad similar de venados y conejos cruzando el sendero. El verdadero espectáculo lo ofrecen las aves acuáticas: docenas de águilas pescadoras, garzas azules, golondrinas y vencejos, mirlos de alas rojas o de cabezas amarillas, águilas calvas, azulejos de montaña, e incluso, pelícanos blancos americanos se acercan y se zambullen alrededor y por encima tuyo mientras andas en bicicleta. Se puede observar de vez en cuando a una tortuga pintada o una tortuga de caja, paseando por el pavimento. También se sabe que a veces aparecen serpientes de tierra (también conocidas como culebras sueleras) y las serpientes de liga (también conocidas como culebras rayadas), listas para asolearse en el sendero. Fue verdaderamente como andar en bicicleta por un zoológico.
Eventualmente los pantanos y lagos amplios y abiertos comienzan a escasear y los reemplaza un bosque más frondoso y el cada vez más sinuoso Río Coeur d’Alene. El sendero cruza la Carretera Interestatal I-90 en Cataldo, la primera ciudad de importancia desde que dejamos Harrison, en donde un parque pequeño para casas rodantes y un campamento proporcionan un excelente punto de descanso para los ciclistas que quieren fragmentar el viaje un poquito más. Desde ahí, seguimos hacia el este. Nos preocupó que nuestra cercanía a la Carretera I-90 convertiría al sendero en un lugar bullicioso, feo y de mal olor, como muchas carreteras interestatales suelen serlo. Pero nos llevamos la grata sorpresa de que ni siquiera podíamos escuchar la carretera, ni mucho menos verla, por gran parte del siguiente tramo. De hecho, con el río cruzando el sendero varias veces, la sección entre Cataldo y Kellogg fue una de las más bellas del viaje.

Cuando llegamos a los pueblos de Smelterville, Pinehurst y Kellogg, sabíamos que estábamos entrando al tramo final de nuestro primer día. Nos encontrábamos en Silver Valley (Valle de la Plata), una zona minera, con una serie de carteles informativos al borde del sendero detallando la historia de la zona e identificando hitos geográficos. Aunque la minería de la plata reinaba en el norte de Idaho a principios del siglo XX, el zinc y otros metales también eran comúnmente extraídos de las colinas. Hoy en día, inmensos montones de restos minerales aparecen a lo largo del sendero y de la carretera entre los pueblos, como vestigios de la época más exitosa de la industria minera. Esta zona también se destacó gracias a que pudimos encontrar una cafetería al costado del camino, The Espresso Barn (el Corral del Café Espresso) y algunas tiendas en las que pudimos reabastecernos.

El sendero continúa alrededor de 15 millas aproximadamente (24 kilómetros), en un ascenso leve pero constante. Pasamos por más pueblos pequeños hasta llegar a nuestro punto final, el pueblo de Wallace: una reliquia de la era minera que ha adaptado vigorosa y completamente su reputación actual como pueblo turístico. Posado sobre cerros verdes a lo largo de la carretera
interestatal, Wallace era el corazón de la región para los mineros de fines del siglo XIX, incluso llegó a contar con una población de casi 4,000 personas durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial. La historia de Wallace es colorida por no decir otra cosa, repleta de tiroteos, espionaje, incendios, bombardeos y luchas guerrilleras entre los mineros y los dueños de las minas: todo lo que tú esperarías encontrar en una ciudad verdaderamente del Lejano Oeste. Como toque final, el alcalde en 2004 declaró que una tapa de alcantarillado del centro de la ciudad era “el Centro del Universo.”
Pasamos la noche en el hotel Wallace Inn, en parte porque quedaba cerca del sendero y por otra gracias a su sauna y su jacuzzi, lugar perfecto para que se recuperaran nuestras piernas agotadas. Nos comimos unas sabrosas hamburguesas y nos bebimos unas cervezas en el restaurante Albi´s Steakhouse antes de ir a dormir, regresando al centro de la ciudad el próximo día para un buen desayuno en el restaurante Redlight Garage. Fue aquí donde nos enteramos que la película de acción de Pierce Brosnan “La Furia de la Montaña” (título original: “Dante’s Peak”) de 1997 fue grabada en Wallace y que el cerro detrás de nosotros había sido modificado digitalmente para que pareciera un volcán.

Después de desayunar, nos dirigimos hacia el oeste para comenzar nuestro viaje de vuelta a Plummer, disfrutando del leve declive en el sendero durante las primeras 15 millas (24 kilómetros). El viaje no dejó de ser igualmente asombroso en la dirección contraria y no lamentamos en absoluto el repetir nuestro itinerario del primer día, pero en reversa. Vimos más alces, más venados y más pájaros, encontramos lugares para hacer picnic que nos parecieron igualmente serenos, encontramos mucha luz del sol y brisas frescas de primavera. Sin importar la dirección en la que íbamos, el Sendero de la Cordillera de Coeur d’Alene nunca deja de cumplir las expectativas: este sendero es lo mejor de Idaho.
Todas las fotos, incluyendo la imagen principal, son gracias a Nick Lake.
Nick Lake es un fotógrafo, camarógrafo y escritor independiente que vive en Seattle, Washington. A Nick le encanta contar historias de aventuras al aire libre y usted lo puede encontrar usualmente en las montañas, excursionando o esquiando junto a su esposa y su cachorro. Siga sus aventuras en su sitio web, su cuenta de Instagram o su cuenta de Facebook.
Este contenido se publicó originalmente en inglés el 7 de agosto del 2016.
Publicado July 8, 2025